El 29 de diciembre de 1999 el Antonov An-22, matrícula UR-64460, aterrizó en el Aeropuerto de Speyer (ZQC/EDRY), tras irse al aire en los dos primeros intentos, para llegar a su destino final en el Museo Technik Speyer.
Este monstruo de la Guerra Fría, el mayor avión turbohélice de la época, fué diseñado para transportar a los vehículos de tierra más poderosos del ejército ruso con sus cuatro motores NK-12, y estableció varios records de transporte de carga y velocidad a finales de los ’60 y mediados de los ’70, entre ellos, ascender hasta 25.000 pies llevando una carga de 100 Tm.
Sin embargo, esta vez el reto para el versátil Antonov era aterrizar en los escasos 1.200 metros (4.022 pies) de asfalto en la pista 17, y además con la presencia de una tupida línea de árboles justo en el umbral, lo que aún complica más la aproximación final para un heavy de éstas características.
En las imágenes podemos ver cómo, finalmente y después de realizar un par de espectaculares motor y al aire, el capitán Viktor Gontsharov consigue meter, con el calzador, las 14 ruedas del tren en la pista y detenerlo del final de la misma…
Un espectacular retiro para un peso pesado …
2 Comments
jb July 23, 2008
Hola alberto,
Me alegro que te guste… 🙂
Saludos,
alberto July 22, 2008
muy buen estudio y entrada final,con poco riesgo.-